domingo, 11 de agosto de 2013

Historia Estudio del uso de la pizarra por JL Bravo

2.- La pizarra como apoyo didáctico
El texto escrito es el recurso didáctico más antiguo que existe. Es el medio de comunicación que más incidencia ha tenido a lo largo de los tiempos. Fue el primer medio de comunicación de las ideas del pensamiento y del saber científico, permitiendo, por primera vez, el almacenamiento de la in-formación. La imprenta revolucionó todas las formas de comunicar de la época y fue la primera industria que produjo en serie. En las clases presen-ciales, son medios fundamentalmente de apoyo a la explicación del profe-sor.
Los primeros datos sobre el empleo de la pizarra datan del siglo XVIII. Es, en la actualidad, el recurso didáctico más empleado en los diferentes ámbitos educativos. Su presencia es un sinónimo de aula o local docente, su presencia es indiscutible en todas las aulas y la larga tradición de su uso la convierten en un recurso indispensable. Es fácil de usar y muy pocos do-centes pueden prescindir de ella.
Su baja iconicidad y la enorme superficie que pone a nuestra disposición la transforman en un medio de apoyo en todos aquellos contenidos relacio-nados con el cálculo numérico y la presentación secuencial o paso a paso de cualquier tipo de información. Uso de la Pizarra y los medios tradicionales JL Bravo
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La pizarra es el elemento que configura el clima escolar. Permite:
􀂉 La creación de ideas a través de dibujos ideogenésicos. La pizarra es una fuente de imágenes emergentes que se desarrollan a la vista de los alumnos. Permite brindar un apoyo gráfico, dinámico y adaptado a las variadas situaciones que se producen durante una clase.
􀂉 Mejorar la comprensión de la explicación a través de los dibujos ilus-trativos.
􀂉 Atraer el interés de los alumnos hacia la explicación. Todos los elemen-tos expresivos que utilizamos en la pizarra se hacen en el momento y constituyen un acto de creación que añade interés a la exposición.
La pizarra es el medio más accesible de todos cuantos existen, está pre-sente en todas las aulas y constituye el punto de convergencia de todas las miradas del auditorio.
No permite la elaboración previa de los apoyos y tampoco su confección reposada. Se trata de una información urgente, al hilo del desarrollo de la clase e improvisada en muchas ocasiones. No obstante, es un extraordinario elemento para otorgar secuencialidad a los contenidos que componen una clase.
Para su uso correcto como medio de comunicación educativa, el profesor debe conocer las técnicas esenciales de uso. Entre ellas, Llorente (1983) des-taca:
􀂉 Estructuración y orden en la información que presenta. Se debe comen-zar a escribir por la parte superior izquierda y terminar en la inferior de-recha. No obstante, lo más aconsejable es dividir la superficie, al menos, en dos zonas y escribir empleando la técnica de las columnas. Así, co-menzaremos a escribir arriba a la izquierda sin que la longitud de las lí-neas sobrepase la mitad de la superficie. Una vez terminada la columna, seguimos la explicación en la siguiente, de manera que lo expuesto ante-riormente permanezca a la vista de los alumnos. Una vez terminada la segunda columna, borramos la primera, escribimos esa superficie, bo-rramos la segunda y así sucesivamente.
El objetivo de esta técnica es dejar un tiempo a los alumnos para escribir o comprobar lo escrito. El borrado, aparte de liberar la superficie y cen-
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trar el contenido como veremos más adelante, permite dar tiempo a los alumnos a copiar lo escrito en la columna que acabamos de completar.
Esta estructura del escrito facilita la lectura al no emplear renglones de-masiado largos. Un borrado selectivo centra la atención, permite rela-cionar los contenidos entre las partes y tomar apuntes a los alumnos de forma más cómoda.
El número de zonas en las que podemos dividir la pizarra está en fun-ción, en primer lugar, del tamaño de la pizarra y después del contenido que vamos a desarrollar. Es decir, de las secciones en las que podemos dividir el tema:
􀂃 Si necesitamos hablar de ventajas e inconvenientes, haremos dos partes.
􀂃 Si abordamos tres tópicos básicos como pueden ser: ayer, hoy y mañana, la visión será entre tres.
􀂃 Si abordamos cuatro aspectos a lo largo de la exposición serán cuatro.
􀂃 Etc.
Estas divisiones pueden hacerse de forma física mediante líneas traza-das sobre el encerado o mentalmente, es decir, reservando zonas para escribir sobre ellas en el momento preciso. No obstante, es conveniente que estos espacios imaginarios estén previstos en el guión de clase.
Si la pizarra es grande y los contenidos son numéricos, podemos dividir-la en tres zonas: la primera destinada al planteamiento o enunciado, la segunda al desarrollo numérico de la explicación y la tercera a las con-
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clusiones. Si no es muy grande o la explicación es de carácter literario, se puede dividir en dos zonas y escribir en forma de columna. En cual-quier caso evitaremos el desorden en la presentación de los contenidos y la falta de secuencia de estos, colocados en cualquier lugar, sin dimen-sionar y guiados por una flecha. Es lo que se denomina la Pizarra del Científico.
La distribución de la información sobre la pizarra no puede ser espontá-nea, necesita una planificación de antemano que precise en qué momen-to se va a emplear y qué se propone con ella.
􀂉 Legibilidad. Este es un factor fundamental en el uso de la pizarra y se refiere tanto a la claridad de la letra como al tamaño y la intensidad del trazo.
Es necesario hacer letras grandes, en mayúsculas, si no tenemos una le-tra cursiva clara y legible, y apretando la tiza contra el encerado de ma-nera que queden bien marcados los trazos.
Lo más adecuado es emplear letras de imprenta, pero diferenciando cla-ramente entre mayúsculas y minúsculas y empleando tildes donde la regla ortográfica lo indique.
El tamaño de la letra debe estar relacionado con la distancia a la que se encuentran los alumnos. Una clase grande exige un tamaño de fuente superior al de un aula más pequeña. Siempre será mejor escribir letras grandes, aunque estos nos obligue a borrar más veces, que trazos que los alumnos no puedan leer. Un consejo interesante para comprobar la legibilidad de los textos es hacer una pausa en la explicación, mientras los alumnos copian, y antes de borrar caminar hasta el fondo de la clase Uso de la Pizarra y los medios tradicionales JL Bravo
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y leer, desde allí, lo escrito. Por otro lado, si mantenemos una buena co-municación con los alumnos, nuestro contacto visual con ellos y las ex-presiones de éstos nos darán una idea cabal de la legibilidad de los tex-tos.
Resulta conveniente el empleo de tizas y rotuladores de distintos colo-res. La utilización de estos recursos gráficos permite secuenciar y orde-nar mejor la explicación, diferenciar sus distintas partes y componentes de cada una de ellas, hacer énfasis y ofrecer variedad visual en el escrito de manera que aumente la motivación y favorezca la retención. Para atraer la atención sobre lo escrito conviene llamar la atención con recur-sos gráficos como subrayados, cajas, flechas o colores. Para indicar mo-vimiento o dirección se pueden emplear flechas.
A lo largo del escrito es conveniente no emplear abreviaturas, salvo que sean de uso muy extendido entre los alumnos.
Por último, en la pizarra no debemos escribir lo obvio. No merece la pe-na el esfuerzo y podemos caer en la trivialidad. No debemos olvidar que todo lo que aparece en la pizarra tiene un porqué, es sustancial a la ma-teria y es copiado por todos los asistentes. Su presencia es un testimonio de lo expuesto y como tal debe ser considerado.
􀂉 Borrado, debemos comenzar a escribir sobre una superficie limpia, sin restos de la explicación anterior y con la precaución de borrar todo aque-llo que no forme parte en, ese momento, del tema. El borrado de la piza-rra antes de empezar la clase es una precaución que debemos emplear para que no se confundan los contenidos que estamos desarrollando con los que están en la pizarra. Como cortesía o como medida privacidad es conveniente borrar la pizarra una vez terminada la exposición.
El borrado también se emplea para centrar la atención, ordenar el conte-nido y no distraer a la audiencia con algo que permanece en la pantalla una vez que hemos terminado la exposición. Esta precaución es impor-tante cuando hemos concluido un tema y queremos pasar al siguiente.
Otra utilidad del borrado de la pizarra es introducir una pausa en el dis-curso. Mientras borramos, los alumnos pueden terminar de tomar sus notas y ordenar su información. Tanto para ellos como para el que escri-be supone un descanso que no podemos despreciar.
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Cuando la pizarra es pequeña y no podemos distribuirla en zonas, el bo-rrado completo permitirá estructurar la pizarra. Cada apartado o aspec-to será separado del siguiente con un borrado completo. En cualquier caso no haremos borrados selectivos o por pequeñas zonas dentro de la pizarra, siempre el borrado se aplicará a una superficie completa ya sea una columna o a toda la pizarra.
Antes de borrar debemos mirar al auditorio, indicar a éste cuál es nues-tra intención y comprobar que han terminado de copiar todo lo que hay en la pizarra.
Es conveniente borrar bien, sin dejar restos que puedan parecer símbo-los o caracteres posteriormente. Por ello, no debemos borrar con la mano o con un papel. El borrador se debe emplear de arriba hacia abajo, sin hacer círculos y procurando que el polvo de la tiza caiga al suelo.
􀂉 Posición. Delante de la pizarra debemos situarnos de manera que no entorpezcamos la visión de la audiencia, ofreciéndoles la posibilidad de contemplar todo el desarrollo de la explicación completo y tomar apun-tes.
No debemos habar de cara a la pizarra. Al escribir, si no hemos adquiri-do la habilidad de hacerlo mirando alternativamente a la pizarra y a la audiencia conviene no hablar mientras escribimos. Al escribir de cara a la pared damos la sensación de que no estamos muy convencidos de lo que explicamos y la comunicación con la audiencia se hace indirecta al no poder observar sus reacciones.
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Al terminar de escribir tendremos la precaución de separarnos de la zo-na de la pizarra que acabamos de llenar.
Las pizarras que tienen una base magnética permiten, además de escri-bir, incorporar símbolos y otros elementos conceptuales que faciliten al pro-fesor el desarrollo de explicaciones sin tener que dibujarlos. La denominada pizarra de conceptos parte de un planteamiento en el que distintos elemen-tos que representan conceptos se colocan sobre la superficie y las relaciones entre ellos se establecen a través de líneas y cálculos que se van efectuando a lo largo de la explicación.
La iluminación de la pizarra es otro de los factores que debemos tener en cuenta para lograr un uso adecuado de ésta. Sobre la superficie de la pi-zarra no siempre incide la luz necesaria en cuanto a cantidad y calidad para lograr un perfecto visionado. Sobre la pizarra debe incidir una luz dedicada que la ilumine uniformemente sin producir reflejos. La colocación de panta-llas fluorescente de luz de día encima de la pizarra es una buena solución.
2.1- Tipos de pizarras
Existen varios tipos de pizarra que se adaptan a diferentes necesidades. En unos casos, relacionados con las materias que se van a explicar, así los con-tenidos de carácter matemático van a necesitar pizarras de gran tamaño, y en otros, con las características de la sala, su aspecto, el mobiliario y los apa-ratos o enseres que allí se encuentran. Cuanto más grande es ésta más posi-bilidades tiene como medio de expresión.
Los tipos de pizarra más aconsejables para su empleo en aulas que van a tener un uso exhaustivo son las tradicionales de tiza, ya sean negras o ver-des. Son las más baratas y fáciles de mantener, se ven mejor y, sobre todo, son las que menos cansan la vista de los alumnos. Este detalle es importante cuando está previsto que el alumno pase muchas horas delante de ella y es muy digno de tener en cuenta cuando el aula no tiene buenas condiciones de iluminación y, sobre todo, a última hora del día donde los alumnos arrastran el cansancio de la jornada.
Su inconveniente principal es que la tiza puede ser una fuente de polvo, que puede dañar equipos y aparatos, manchar las ropas y, en algunos ca-sos, provocar alergias en los dedos del usuario. No obstante, cada vez se Uso de la Pizarra y los medios tradicionales JL Bravo
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emplea más un tipo de tiza que no produce polvo y que, en consecuencia, es más limpia. Para los casos de alergia se puede emplear un portatizas que evite el contacto del yeso con la piel.
Existen diferentes tipos de pizarra de tiza:
􀂉 De acero vitrificado y con mantenimiento nulo. Son las más acon-sejables en las aulas donde van a tener un empleo continuo e inten-sivo. Su gran dureza permite escribir con facilidad trazos firmes y legibles y borrarlos sin que queden manchas ni restos de tiza. Esta pizarras permiten también un fregado que aconsejamos que se haga al final de cada jornada. También permiten la adhesión de elementos magnéticos que complementen algunas explicaciones a base símbolos y expresiones conceptuales.
􀂉 De madera, acondicionadas con una pintura especial. Es un tipo de pizarra barata y portátil que tiene su utilidad en lugares donde no es posible colocar una pizarra sobre la pared o tiene un empleo res-tringido. Este tipo de pizarra se deteriora con facilidad, lo que se pone de manifiesto en que cuesta trabajo borrarla, quedan siempre restos de escritura y la marca que deja la tiza comienza a ser imper-ceptible.
􀂉 De cemento, construidas directamente sobre la pared y preparadas para escribir con tiza. Estas pizarras son las características de aulas antiguas. Cuando se deterioran es necesario pintarlas con una pin-tura adecuada. Si la pared no tiene un tratamiento bien hecho son muy duras para escribir sobre ellas, presentan muchas irregulari-dades y son muy difíciles de borrar.
􀂉 De lienzo o de plástico. Son enrollables y están acondicionadas pa-ra escribir con tiza. Son pizarras de quita y pon y para emplearlas sólo ocasionalmente.
La pizarra blanca es más moderna que las tradicionales y presenta un aspecto más cuidado. Son de polivinilo rígido, blancas, y sobre ellas se es-cribe con un rotulador especial. Si embargo, desde el punto de vista de la eficacia como recurso de apoyo a la comunicación, presentan algunas defi-ciencias. En primer lugar, una sesión larga sobre ella es agotadora para el alumno, su brillo cansa la vista, el trazo del rotulador siempre es más fino y Uso de la Pizarra y los medios tradicionales JL Bravo
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la letra más pequeña por lo que se lee peor. Por otro lado, estas pizarras no suelen ser muy grandes pues está pensadas fundamentalmente para aulas pequeñas o salas de reuniones donde su empleo no es continuado.
En contra de lo que podemos encontrar en algunos escritos, no debemos proyectar nunca con el retroproyector sobre ella, aunque sea para escribir, acotar o completar algún destalle relacionado con la proyección. La proyec-ción sobre una superficie brillante crea reflejos que se transmiten a la au-diencia creando una imagen muy clara, sin contraste y que cansa inmedia-tamente a la audiencia.
Para escribir sobre estas pizarras debemos disponer de rotuladores ade-cuados. Estos rotuladores no sólo se deben borrar con facilidad sino que deben escribir con la suficiente intensidad como para que el trazo sea legi-ble.
Un inconveniente importante de este tipo de pizarras es que con el tiem-po se estropean, pierden el brillo y no se pueden borrar bien. Hay que cam-biarlas cada cierto tiempo. Por otro lado, los rotuladores manchan las ma-nos y cualquier superficie que se ponga en contacto con ellos. Su mancha es más perdurable que la de la tiza.
También existen pizarras de plástico con tratamiento ferromagnético, blancas, donde además de escribir con un rotulador o marcador, pode-mos adherir elementos gráficos mediante imanes o cartulinas magnetiza-das.
Las tecnologías de la Información han irrumpido en el mundo de la pi-zarra y han aportado nuevas posibilidades de expresión a las mismas.
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No incluimos entre las pizarras lo que se ha dado en llamar la Pizarra electrónica, que no es otra cosa que la proyección de imágenes generadas en un sistema de presentación a través de un proyector multimedia.
El primer desarrollo de este tipo de medios fue la pizarra copiadora que permite reproducir todo lo escrito sobre la superficie de la pizarra en papel mediante un sistema de fotocopias que tiene incorporado. Estas pizarras tienen un aspecto similar a las blancas, emplean los mismos rotuladores y ofrecen dos o más paneles desplazables que hacen más cómodo su uso y la utilización de varias páginas alternativas de texto.
Las más modernas permiten copiar en impresora hasta cuatro colores y en papel normal y se pueden conectar a un ordenador y almacenar allí la información escrita, enviarla por correo electrónico, etc.
El nuevo concepto que se comienza a barajar en lo relacionado con este tipo de pizarras es la pizarra interactiva que, en esencia, es la pizarra copia-dora a la que se le añade un proyector multimedia. Sus características prin-cipales son:
􀂉 Está conectada a un ordenador y a un sistema de proyección multimedia.
􀂉 Permite, además de presentar la información del ordenador, anotar y corregir sobre la mar-cha.
􀂉 Permite imprimir lo que aparece en pantalla o almacenarlo en el ordenador en distintos formatos, fundamental-mente, PDF, formatos gráficos y HTML.
􀂉 Sin conexión al ordenador se comporta como una pizarra blanca convencional.
􀂉 Se puede conectar a un equipo de videoconferencia para desarro-llar formación o reuniones a distancia.
􀂉 Puede trabajar directamente con programas de formación a distan-cia como Microsoft Netmeeting.
􀂉 Algunas de estas pizarras son táctiles y, de esta forma, el dedo se convierte en un ratón virtual que permite controlar directamente Windows desde la superficie de la pizarra. Uso de la Pizarra y los medios tradicionales JL Bravo
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􀂉 Junto con el software propio de la pizarra, algunas pantallas incor-poran un sistema de reconocimiento de escritura que permite edi-tar los textos mediante un procesador.
􀂉 Se conectan a través de puerto serie o USB. Algunas presentan tam-bién la opción de emplear dispositivos sin cable.
Otra clasificación con respecto a las pizarras se hace en función del so-porte sobre el que están montadas. Pueden ser, además de fijas o portátiles, desplazables sobre raíles, de manera que el frontal del aula esté ocupado por diferentes recursos que se van colocando en función de las necesidades de los ponentes: papelógrafo, pantalla, pizarra, etc. También pueden venir , colocadas sobre bisagras que se puedan abrir o cerrar para ocultar la piza-rra y mostrar paneles con cualquier tipo de información. En las universida-des encontramos pizarras de hoja doble y triple, montadas sobre una es-tructura de carriles, que permite el desplazamiento de cada una de sus hojas, manteniéndolas siempre visibles a los ojos de los alumnos.
La pizarra debe estar colocada a la altura de los ojos de los alumnos y, sobre todo, que la puedan ver sin que se lo impidan la mesa del profesor o las cabezas de sus compañeros. Pero si está demasiado alta, la zona supe-rior no queda accesible a una profesor de altura media. Para elevar la piza-rra es conveniente colocar un estrado debajo que permita acceder a toda su superficie sin problemas.
2.2- Conclusiones
La pizarra sigue siendo uno de los recursos fundamentales que emplea el profesor para ilustrar los contenidos que expone a lo largo de la clase. Es muy adecuada para anotar preguntas, puntos de vista, enunciados, problemas y soluciones, permitiendo la participación del alumno y fo-mentando su interés. Sirve para plantear cualquier reflexión y conducir, paso a paso, a los alumnos a todas sus consideraciones.
Entre sus ventajas queremos destacar:
o Su tamaño y colocación ofrecen grandes ventajas a la formación colectiva.
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o Permite observar la actividad del alumno y guiar su aprendiza-je paso a paso.
o El interés y la atención del alumnado aumentan sobre todo lo que se escribe en ellas.
o Clarifica el contenido y lo retiene temporalmente.
o Es práctica, económica y reutilizable innumerables veces.
Para traer la atención sobre lo escrito conviene llamar la atención con recursos gráficos como subrayados, cajas, flechas o uso de colores.
􀂄Estructura del contenido􀂄Esquema􀂄Desarrollo􀂄Resultados􀂄Legibilidad􀂄Trazos grandes y firmes􀂄Letras mayúsculas􀂄Letras de imprenta􀂄Borrado􀂄Borrado inicial􀂄Eliminar lo innecesario􀂄Centrar la atención􀂄Posición ante la pizarra􀂄􀂄Dar la espalda􀂄Tapar lo escrito􀂄Hablar a la pizarra


Estracto del trabajo
ICE
Universidad Politécnica de Madrid
Los medios tradicionales de Enseñanza.
Uso de la pizarra y los medios relacionados.
Juan Luis Bravo Ramos

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